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ESA ESQUINA
Hoy sentí curiosidad por visitar esa esquina en la que vienen a mí todos los recuerdos de la infancia. Los días más felices transcurrieron allí, en la casa de mi abuela. Recuerdo los calurosos veranos en que nos reunimos hermanos y primos para hacer diabluras a la hora de la siesta, comíamos fruta verde o cortábamos las flores más lindas del jardín para hacernos coronas y jugar a ser reinas.
La abuela nunca estaba de acuerdo, corría detrás de nosotros para darnos un correctivo. Jamás lo consiguió, sus piernas no eran tan veloces como las nuestras.
Hoy vi con nostalgia un edificio de altura, no alcancé a contar sus pisos. Un automóvil hizo sonar su bocina y me sacó del ensueño, mientras el portón automático se abrió para dar paso a un moderno vehículo. Transitó justo por el mismo lugar donde crecieron los lirios que circundaban la casa. Un viento tibio me trajo la fragancia de la enredadera de flor de la pluma, con sus morados racimos, una abeja perdida revoloteó buscando las flores que ya no estaban.
La infancia es el país que habitamos toda la vida.
Escrito por:
Patricia-Herrera-Riquelme
