BAJO AQUEL PEQUEÑO PUENTE AZUL
Una familia de duendes encontró un lugar donde vivir después de muchos años de vagabundear por aquí y allá. Durante largas generaciones, habían sido juguetones habitantes de las estaciones y de las líneas de los trenes de toda la región. Haber encontrado aquella pequeña y acogedora casita de ramajes y enredaderas, bajo el discreto puente azul por donde cada mañana y cada noche debía pasar el tren que llevaba de ida y vuelta a los trabajadores del pueblo, los tenía de cabeza de tanta felicidad. Era hora de que, después de trecientos años de vagar y vagar, la familia sentara cabeza y pusiera su apellido en un lugar propio. Y así se hizo, así sucedió bajo aquel pequeño puente azul.
Escrito por:
Fernando-Enrique-Gilabert-Bustos
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