CRÍTICA DEL LIBRO

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Domador de sueños es una novela entretenida con un relato didáctico y un final moralizante, cuya complejidad se entiende tras la alegoría de la vida representada por un simpático reino imaginario.

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La historia deja al descubierto los aspectos más íntimos de la mente humana y la manera en que su funcionamiento altera tanto el cuerpo como el plano espiritual.

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Estamos ante una obra de carácter simbólico que muestra la forma en que las personas ocultamos nuestra verdadera esencia tras el ego, dejando que este se anteponga a nuestras decisiones y a la postura que adoptamos frente a diversas situaciones, permitiendo que aflore lo negativo de nuestra condición humana, como la altanería, el egoísmo, la avaricia, entre otros, haciéndonos creer que el motivo de nuestra existencia se basa principalmente en la imagen que proyectamos, dejando en segunda instancia si nos complace o no.

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Es un texto potente, con la capacidad de envolver al lector y llevarlo del mundo real al reino ficticio de Corporal, con una forma muy gráfica y descriptiva en cuanto a los escenarios en que transcurre la historia y el ambiente psicológico y social de la misma.

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Quienes siguen al autor, una vez más se deleitarán con su pulcro y bien elaborado estilo narrativo, muy marcado en la forma innovadora de los diálogos y las descripciones.

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Novela para todo tipo de público, desde jóvenes en adelante, especialmente recomendada para aquellas personas que sienten que el ego se ha apoderado de su vida.

 

Claudia Cuevas Moya

Editora Aguja Literaria