En este poemario se visualizan dos temáticas, una de piel o amor, y otra de vida. Son textos completos, hermosos; muchos de ellos, literariamente perfectos. Al correr de sus páginas se percibe al hombre que es el autor, y su palabra; al hombre en cuerpo y alma.

Como reza el título, "Converso con la poesía", aquí el autor, al igual que en sus otros poemarios, también juega. Su mirada, desde diferentes ángulos, le permite desarrollar versos impregnados en filosofía, otros cargados de surrealismo, y aventurarse en la metafísica. Nos entrega reflexiones profundas e introspección, observa con detalle a pequeños seres y los personifica, desnuda trozos de vida, y nos deja imágenes de gran sensualidad. Su cálida escritura logra una poesía depurada, que conviene leer.