Emiliana Villarino nació en Chile, en un poblado rural a las afueras de Santiago. Creció en el campo y considera que su juventud transcurrió rodeada de los mejores amigos y amigas que le pudieron tocar, criada en una familia que considera hermosamente disfuncional, la mejor que pudo tener, a quienes ama con toda su alma.

 

La autora nos confiesa que: “Un día, al otro lado del mundo, en Corea del Sur, mientras miraba comer a la gente de manera extraña, completamente ajena a esa cultura, me dije: Algún día voy a escribir un libro; pensé que sería de algún viaje o algo así, pero lo que son las cosas: terminó siendo parte de mi terapia”.