EL ROSTRO QUE BROTA DE LA HERIDA
El rostro que brota de la herida, poemario ganador del VII Concurso Literario Cementerio Metropolitano 2022, desarrolla, a través de imágenes o descripciones que establecen un proceso equivalente entre la construcción y la destrucción del sí mismo, un camino hacia la consolidación de una desgarradura existencial (es una propuesta estética que se impone a partir de la necesidad de superar al cuerpo, del deseo de desvanecimiento como forma de liberación). Versos como: "cada herida/ es una grieta de luz/ que te muestra el camino/ la gruta/ hacia el otro lado", son un ejemplo.
Es esta presencia conflictiva de la disyuntiva cuerpo/alma o, también, la de la existencia de una realidad oculta (más verdadera que la percibida por nuestros sentidos), lo que estimula la búsqueda de la fuga hacia un mundo o dimensión original, acaso primigenia (lo que motiva al hablante lírico es el desarraigo ante la vida misma, es el impulso por retornar hacia un hogar imposible). Por otro lado, también se nos enseña, atravesando la obra, una sensación de orfandad y de abandono amoroso, que, en conjunto con la dualidad mencionada, terminan por generar una identificación, en grado metafísico, entre dolor y sujeto.