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¿Cómo utilizar la cursiva?


Los recursos tipográficos que ofrecen las nuevas tecnologías permiten aplicar ciertas herramientas para mejorar la legibilidad de tus textos, uno de estos recursos es la cursiva o itálica.

Con el objetivo de mantener la uniformidad entre los textos de habla hispana, la Real Academia Española ha incluido en sus normas ortográficas algunos de los usos que se le pueden dar, mientras que otros vienen determinados por las necesidades de cada libro. ¿A qué nos referimos con esto? Descubrirás que es recomendable colocar en cursiva las expresiones vulgares, pero si se trata de un texto que refleja el habla coloquial o que exagera estos rasgos, conviene evaluar si la cursiva es pertinente o no.

Títulos

Lo más recomendable es que los títulos de cualquier obra se coloquen en cursiva, ya sea que se trate de libros, nombre de obras artísticas, piezas de teatro, canciones, programas de radio y televisión, películas y series, entre otros.

En este sentido, la cursiva limita el nombre de la obra, por lo que no es necesario añadir otras marcas tipográficas como comillas ni colocar en mayúscula la primera letra de los sustantivos.

Por cuestiones de estilo algunas personas prefieren utilizar la comilla para delimitar los títulos, pero esto solo es válido en los casos en que no aparecen junto a los capítulos, ya que por norma les corresponde ir entrecomillados.

Ejemplo:

Harry Potter y la piedra filosofal (título)

“El niño que sobrevivió” (capítulo)

Con respecto a utilizar la mayúscula, puede ser válida en los casos en que el formato en que se presente el texto no incluye la cursiva.

Extranjerismos

Cuando el texto incluye palabras o frases en otro idioma y estas no han sido adaptadas a los patrones gráficos de la lengua ni incluidas en el diccionario de la RAE, entonces les corresponde ir en cursiva.

Son frecuentes las confusiones en uso de la cursiva cuando se trata de palabras que se utilizan en español. En este sentido, lo más recomendable es consultar con el diccionario de la RAE.

Ejemplo: palabras carnet y whisky cuentan con su adaptación en español, carné y güisqui; mientras que otras de uso común, como living, aún no forman parte del diccionario y deben aparecer en cursiva siempre.

Expresiones en latín

Con las expresiones en latín se utiliza la misma regla que con los extranjerismos, es decir, se escriben en cursiva cuando se trata de palabras que todavía no cuentan con adaptación al español, mientras que permanecen en letra redonda cuando se encuentran asentadas en el idioma. En este último caso, se rigen por las normas de acentuación gráfica vigentes.

Esta misma norma rige para el uso de las locuciones latinas, expresiones habituales en el lenguaje culto que constituyen frases hechas.

Ejemplo: grosso modo, vox populi.

Expresiones impropias o vulgares

La cursiva se puede utilizar para indicar que ciertas palabras son impropias o vulgares. No se deben confundir expresiones de este tipo con los coloquialismos, sino que se trata de palabras o frases cuya construcción escapa del uso normado y no se encuentran registradas.

Ejemplo: escribir cocreta en lugar de croqueta.

Énfasis

La cursiva puede aplicarse en un texto cuando se desea hacer un énfasis expresivo en cierta palabra o frase, similar al que se haría en el habla. Se trata de un recurso utilizado sobre todo en textos literarios y no conviene abusar de él, pues de lo contrario perdería su efecto.

Es preferible este uso al de la comilla, pues la aparición de este signo está relacionada con la ironía.

Pensamientos o textos al margen

En las obras literarias, es común el uso de la cursiva para señalar los pensamientos del personaje, aunque su aplicación no es obligatoria, pues la norma recomienda las comillas para estos casos.

De igual forma, se utiliza la cursiva para aquellos fragmentos que de cierta forman están “aislados” del texto, pero sin dejar de formar parte del él, algo así como la voz en off que se utiliza en algunas películas.

Ejemplo:

En ocasiones, en los textos que están divididos en partes y a su vez en capítulos, el autor añade una pequeña explicación al comienzo de cada parte para contextualizar al lector sobre lo que está a punto de leer. Puede utilizarse si cada parte corresponde a la voz de un personaje diferente o si se desarrolla en escenarios distintos. Esto no es una norma, se trata de una elección estilística. Puedes apreciar mejor este uso en nuestra novela La orden de los mares, de R. J. Paredes.


Este artículo fue escrito por:

Zorayda Coello Freitas

Editora de Aguja Literaria


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