Importancia de la retroalimentación
¿Te has preguntado alguna vez, tras escribir un texto, si lo hiciste de la manera correcta? ¿Si pudiendo haber cambiado algunas cosas, no supiste cuáles? ¿Has sentido que podría haber resultado mejor?
Estas preguntas pasan con frecuencia por la cabeza; sin embargo, se quedan ahí dando vueltas sin que alguien nos diga qué podemos hacer. La escritura es muy divertida como pasatiempo, pero cuando llega el momento de tomarla más en serio comienzan los problemas.
Si eres escritor, debes haberte hecho al menos una de las preguntas del encabezado y déjame decirte que, la mayoría de las veces, sí pudiste haberlo hecho mejor, cambiar ciertos elementos o disponer un orden más asertivo a tu trabajo, pero ¿cómo saberlo?
¡Fácil!: con la opinión de otros autores. Hoy en día existe la globalización, lo que nos permite mantenernos comunicados e informados acerca de muchas cosas por diferentes medios. Tiene muchos usos prácticos y el intercambio de ideas es lo que nos concierne. Estamos en la época de las comunicaciones, de la opinión, de la interacción social. Si eres una persona tímida o no tienes los medios para ingresar a un taller de escritura, puedes obtener una retroalimentación de otros escritores que, al igual que tú, necesitan una mano, alguien que les dé un vistazo a sus manuscritos y les diga de manera objetiva qué le parecen. Muchas veces esto resulta más eficiente cuando se tiene al interlocutor en frente, pero un primer paso es atreverse a conversar de literatura con alguien que también escribe y está en proceso de aprendizaje y perfeccionamiento. Quizá te estés preguntando dónde puedes encontrar a otros autores; también te daré la respuesta: ¡En Aguja Literaria! Recuerda que no es una editorial tradicional, sino una agencia literaria. Te invito a revisar el blog, a leer los textos de otros autores y atreverte a dejar un comentario. Si te interesa lo que ese colega escritor hace (su estilo, la temática de sus textos, etc.), puedes contactarlo y, de ser posible, agendar una reunión en la que puedan compartir un café y conversar sobre su trabajo literario. Si eres más ambicioso, puedes entablar conversaciones con varios autores y organizar un meeting con todos, como si fuera su propio taller de escritura.
Recuerda que para escribir “bien” es absolutamente necesario que alguien aparte de nosotros lea lo escrito. Los detalles, el estilo, las ideas, la disposición de la sintaxis, las figuras literarias, los tópicos y las imágenes son muy importantes; y a veces no sabemos qué estamos haciendo, cómo utilizarlo, si tenemos muletillas o vicios idiomáticos. La única forma de hacerlo es exponiendo nuestro trabajo y abriendo la mente para revisar nuestros escritos con la ayuda de otros. El cruce de conocimiento es algo que los escritores han hecho desde siempre, si no lo crees así, puedes revisar un poco sobre la historia de la literatura o leer Rayuela, de Julio Cortázar.
Compartir experiencias, manuscritos e ideas resulta muy interesante. Yo lo hago a menudo, y tú, ¿te atreves?
Este artículo fue escrito por
Claudia Cuevas Moya
Editora de Aguja Literaria
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