TAN SIMPLE
Me detengo ante la amplitud de la ventana.
Tu aroma cálido liga su serenidad
a la esencia traslúcida del cristal.
Surge el reflejo de una imagen horadada por el tiempo
devorado el ocaso por la noche tempranera.
Gélido se cuela por la permeabilidad de las rendijas
el óxido imperturbable que lacera el hierro.
Tu silueta se pierde sin cara,
extraviadas las facciones,
arrancados los cabellos.
El recuerdo perenne
traspasa mi mirada ciega,
la pena inmolada,
cobijado en la ausencia de la noche preñada.
Escrito por:
Alfredo-Gaete-Briseño