PISO 11
Me quité los zapatos para quitarme el día y encender esta idea que se balancea en un piso once. Con la boca seca y las pupilas brillantes, temblando de fiebre por verte, por saltar a tu sombra y, desde ahí, subirte por las piernas hasta llegar a tu alma
de novela de marinos, de horario de lucero.
Comerme las letras de tu nombre, llevarme una caracola de tu pelo salvaje y guardarla en el corazón de una guitarra para que mis dedos la hagan vibrar cuando quieran buscarla.
Quemar todos los libros para inventarte un mundo nuevo, con olor fuego. Aprender a quererte como lo hace el viento, a tu figura de veleta, a tu caminar de gorrión bajo la lluvia.
Escrito por:
Francisco-Briones