
Yo, Juana
predicadora de la buena nueva
mi paz os dejo, mi paz os doy
de mi corazón al tuyo no me olvido
he aquí el bello arte de amar
proclamó a vosotros el prójimo
el sentimiento de la verdad.
Predicadora,
hago palabra viva el monosílabo
le sigo los pasos a Cristo al andar.
Paz, bienhechora de las conciencias
vienes a través de los sueños
desdoblada en ropajes de lino.
Madre de la infancia, te opones
al abuso, al ultraje de la bestia,
a la orfandad, a los tiempos violentos.
Madre de la vida, te opones
al genocidio de la guerra, al hambre,
al exterminio del planeta Tierra.
Madre del rigor, te opones
a los siete pecados capitales,
a la desobediencia en su corrupción.
Madre de la creación, te opones
a la locura del desamor al rebaño
de ciegos guiando otros ciegos.
Limpia
retornas a la muchedumbre
a la evolución de los caminos
avanza la fraternidad en alianza
con América y los pueblos originarios
se cimienta la cultura en los cinco continentes
la dignidad humana halla en salud justicia.
Mi Paz
de boca en boca
consagra el amor universal
en la memoria del prójimo
y de cada uno dibuja
el tatuaje de la felicidad;
la cúspide de los Evangelios.
Escrito por:
Marcela-Silva-Ramírez