PERDIDA

El brillo de tus ojos es similar a un amanecer claro,
lo que me hace desear rozarte hasta que tu piel clara
se encienda cual brasero ardiente.
Cada día me pesa, no puedo vivir sin ti.
Sentirte lejos me mata de a poco.
Dejo tras de mí un reguero de llanto
capaz de inundar al más árido desierto.
Así siento tu ausencia.
Un suspiro desganado me susurra que, sin ti,
mi vida se pierde en confines incógnitos,
incapaces de encender luciérnagas ciegas.
Mi pensamiento se eleva junto a las nubes
siguiendo a los vientos perdidos, hasta alcanzarlos,
para descubrir dónde se esconde tu figura
que ha escapado de mis brazos,
por haberte dejado cerca de un mar que solloza en silencio,
por haberte perdido en las olas, que consumidas por la luna,
se han desvanecido… al igual que mi amor.
Escrito por:
Patricio-González-Tobar