IMPREVISTOS
Me dijo que vendría a las tres
y construí un reloj de madera.
Le di cuerda, lo encendí y lo apagué…
Espera.
Me dijo que, en el baile pintado,
seríamos genios en trajes de seda.
Me contó una historia que yo había vivido
y se fue cuando el sol rodeaba la acera.
Me tomó con los brazos llenos de espinas,
gardenias, rosas, claveles.
Se guardó en la solapa burlas, pieles…
Caminó sorteando las prisas.
Su voz me llamó presurosa,
no había tono en la línea.
Deshojó algunas excusas,
olvidó tallos, raíces.
Quiso plantar jardines felices
en medio de un suelo infértil.
Olvidó que la lluvia incestuosa
conquistó el sol dócil, tenue.
Escrito por:
Constanza-Ríos