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Guía rápida sobre el uso de los Estilos Literarios



Ahora que ya tienes claro los tipos de narradores que existen y cómo te serán útiles dependiendo de lo que quieras escribir, te voy a contar un poco sobre cómo funcionan los diálogos dentro de un relato, cómo debes disponer de ellos según la intensidad que desees que estos tengan y cómo adecuarlos al narrador seleccionado. Primero te diré cuáles son los estilos narrativos que puedes encontrar:



Estilo directo


Cuando utilizas este estilo, el narrador permite que los personajes intervengan en el relato, es decir, toman la palabra abriendo un espacio para el diálogo. En ocasiones se precede por dos puntos, pero generalmente solo se inicia con la raya de diálogo.


Ejemplo:


La muchacha lo penetró con la mirada, incrédula aún por lo que había escuchado.

―¡Imposible! Yo nunca haría algo así, ¿quién ha dicho eso?



Aquí el narrador da espacio al personaje para que se exprese libremente sin interrumpirlo.



Estilo indirecto


En el estilo indirecto, es el narrador quien habla por el personaje y en sus palabras dice aquello que el personaje iba a expresar.


Ejemplo:


La muchacha, incrédula aún por lo que había escuchado, exclamó que aquello era imposible, que ella nunca haría algo así y preguntó quién lo había dicho.


En este apartado, el narrador no permitió la interrupción del personaje.



Estilo indirecto libre


Es una mezcla de ambos. Puede hablar el narrador, luego el personaje e incluso el narrador puede expresar su punto de vista sobre lo que dice el personaje. Es uno de los estilos narrativos más complejos de utilizar, requiere un conocimiento de cada uno, pues de lo contrario puedes confundirte y con ello confundir a tus lectores.


Ejemplo:


La muchacha lo penetró con la mirada, incrédula aún por lo que había escuchado.

―¡Imposible! Yo nunca haría algo así, ¿quién ha dicho eso?

¿Sería que la muchacha estaba mintiendo y en realidad sí tenía algo que ver con lo sucedido?


En este ejemplo, el narrador deja que se exprese el personaje y luego emite su propio juicio sobre lo dicho por el personaje, interactuando de forma directa con el lector. Es más dinámico, pero también algo más complejo.


Se dice que Gustave Flaubert fue el primer escritor que utilizó este último estilo en su obra maestra Madame Bovary. Hoy son pocos los escritores que lo usan, no obstante, si revisas los libros de nuestra galería verás que hay un autor que se atrevió a trabajar con este estilo y el resultado fue una novela de terror psicológico intensa y muy atractiva titulada Prometeo, de Jorge Pesce.


¡Estás cordialmente invitado a leerla si te interesa conocer a fondo este curioso y particular estilo narrativo!

Este artículo fue escrito por:

Claudia Cuevas Moya

Coordinadora de Edición de Aguja Literaria

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