La llama
Érase una Llama
a las afueras de una casa.
Mascota del Sol y la Tierra;
una flama peluda y andina,
pintada de altiplano y cordillera.
Érase una Llama
a las afueras de una casa.
Fuente preciosa;
creación de la raza humana
—Imperio de tributos y desdichas—;
testigo mudo de su auge y caída.
Érase una Llama
a las afueras de una casa.
No tengo idea cómo apareció.
Solo sé que de ella nació
este breve y simple poema.
...
Apenas terminé de escribir,
la Llama… seguía ahí.
Escrito por:
Francisco-Valenzuela
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