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¿Con qué texto debo comenzar mi obra?


Algunos libros incluyen diversos textos antes del inicio de la obra. Estos escritos forman parte de los paratextos y son comunes las confusiones frente a varios de ellos: el prólogo, la introducción, el prefacio y el estudio preliminar. A continuación, veamos las diferencias.

Prólogo

Como explicamos en otro artículo, el prólogo es un texto escrito por alguien diferente al autor, cuyo objetivo es estimular la lectura de la obra. En la mayoría de los casos, sirve para recomendar la lectura y ofrecer un breve análisis sobre el libro.

Estudio preliminar

El estudio preliminar contiene detalles técnicos. El objetivo es relacionar el libro con otros del mismo género publicados, señalar cómo repercute en la literatura la aparición de la obra y ofrecer datos sobre ediciones anteriores y particularidades sobre la construcción del texto, si las hubiera. Además, habla del estilo del autor y profundiza en su biografía.

El estudio preliminar suele ser más amplio que el prólogo, pues los antecedentes presentados requieren de análisis para relacionarlos con el libro que se está publicando.

Prefacio

En muchas ocasiones, prefacio y prólogo son el mismo texto. Sin embargo, algunos libros incluyen ambos, en cuyo caso el prefacio cumple otro papel. Se trata de un texto donde el autor justifica los motivos que lo llevaron a escribir la obra. También es posible añadir los reconocimientos que el libro ha recibido o, por el contrario, señalar las dificultados que se presentaron antes de publicarlo (por ejemplo, problemas de censura). En comparación con los otros paratextos introductorios, el prefacio es corto.

Introducción

Se incluye luego del prólogo y es posible encontrar dos tipos de introducción: relacionada con la trama y relacionada con la aparición de la obra.

En los textos literarios, la introducción anclada a la trama incluye a los personajes del libro, ofrece una visión sobre el mundo en el que están inmersos y sitúa al lector en la época, el país y las condiciones de vida. Es una suerte de primer capítulo que contextualiza la trama. Esta introducción guarda dos diferencias primordiales con respecto a otros textos introductorios: siempre la escribe el autor y es imposible separarla de la obra; el prólogo, el prefacio y el estudio preliminar, en cambio, pueden o no estar incluidos.

Ejemplo:

En una novela de ciencia ficción, la introducción hablará sobre el año y los cambios que ha sufrido el mundo para ese momento. Gracias a esto, será posible vislumbrar algunos de los conflictos que enfrentarán los personajes.

Algunas obras también incluyen introducciones relacionadas con su aparición, más que con la trama, es decir, ofrecen antecedentes en torno a la aparición y publicación de la obra, similar al estudio preliminar, pero menos detallado. En estos casos, también es común encontrarla con el nombre de presentación.

No todos los libros requieren de estos cuatro paratextos. El orden de aparición varía de acuerdo con el contenido de cada uno; en general, se coloca al inicio aquellos que ofrecen datos técnicos y le siguen los que fueron escritos por el autor. Por ejemplo: estudio preliminar, prólogo, prefacio e introducción.


Este artículo fue escrito por:

Zorayda Coello Freitas

Editora de Aguja Literaria



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