Estatua de sal
La ciudad era fuego, luz, calor y humo.
Solo alguien se atrevió a parar y mirar tras suyo.
Solo en siete segundos logró mirar
A través del humo de la desinformación
calor del silencio y la omisión.
A través de la luz de la ceguera y la negación
fuego del estigma y la demonización.
Solo en siete segundos logró mirar.
Mas, por mirar y/o escuchar lo que no debía,
se convirtió en estatua de sal.
…
Feliz el hombre o la mujer estatua de sal:
quien ayer fue persona non grata, temida y odiada,
hoy es querida y admirada por buscar la Verdad.
Escrito por:
Francisco-Valenzuela
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