La importancia de la edición profesional previa a publicar en plataformas digitales
Aunque parece obvio, para muchas personas que gustan de escribir, la edición profesional no es necesaria. Lamento decirles a todos aquellos autores que, lo quieran o no, una obra antes de transformarse en un libro (sea en papel o digital) con fines de venta, debe entrar a un proceso de edición. Es más, algunos no solo deben pasar por un proceso de edición simple (que se limita a revisar redacción y ortografía), sino a la reescritura de parte, incluso la totalidad del manuscrito.
A continuación, explicaré un poco en qué consiste el proceso por el que los manuscritos pasan antes de convertirse en libros y puedan figurar con orgullo en una vitrina, sea de cristal o digital.
Para que un manuscrito sea publicado bajo un sello de calidad (dando por hecho que muchas plataformas lamentablemente permiten a los usuarios publicar sin edición) debe ser evaluado por profesionales. Estos suelen ser profesores de lengua y literatura, licenciados en letras, licenciados en literatura, escritores avezados, por mencionar algunas personas capacitadas para saber en qué estado se encuentra un manuscrito. Tras conocer su situación, recién se puede hablar de una edición.
Se debe seleccionar el criterio de edición con que se trabajará el texto, pues no es lo mismo revisar y aplicar correcciones a un manuscrito que se encuentre fuera de las normas de la RAE y caiga en múltiples errores ortográficos y de redacción, que revisar uno escrito sin estas falencias. Por eso el editor debe, primero, decidir cuándo un texto es publicable y en qué circunstancias no. En ocasiones los autores necesitan asesoría para aprender a redactar y organizar sus ideas, esto no significa que tengan malas historias, pero sí que requieren de ayuda para exteriorizarlas con claridad.
Si el manuscrito es publicable, es decir, tiene las características necesarias para ser un objeto de venta llamativo y además está en condiciones de ser editado, es necesario definir qué tipo de edición requiere; solo una que se limite a ortografía y redacción u otra que además deba intervenir el contenido. Esto último siempre deber ser conversado con el autor, y su colaboración constante es de suma importancia, pues se trata de una obra de arte, no de cualquier producto de mercado.
Una vez que el manuscrito ha sido corregido, revisado por más de un profesional del área y también por su autor, es momento de trabajar en los elementos externos, como portada, diseño, paratextos, temas legales, etc.
La publicación debe ser realizada en una plataforma de confianza, en la que exista un respaldo que entregue a los lectores y futuros compradores la confianza de que están adquiriendo un producto de calidad, que ha sido evaluado, trabajado, editado por profesionales y avalado por una agencia o editorial de prestigio. Incluso, si la plataforma en la que se realizará la publicación es de acceso gratuito, debe tener un respaldo. Sin duda, los lectores prefieren adquirir libros que han pasado por un proceso editorial.
Todos los escritos necesitan algún grado de edición, incluso de autores connotados.
Y tú, ¿aún piensas que la edición es innecesaria?
Este artículo fue escrito por:
Claudia Cuevas Moya
Editora de Aguja Literaria
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