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L A I N C E R T I D U M B R E
Se urde enredosa, se pliega y repliega,
Se alberga enroscada y luego salta y se extiende en infinitos puntos suspensivos
venenosos.
Nadie camina puntos suspensivos porque hay que hacer el esfuerzo de saltar vacíos
y la muerte acecha bajo la vertical de la caída.
Todos prefieren andar líneas rectas donde yacen las palabras conocidas y los encuentros esperados,
porque detrás de los puntos suspendidos en las páginas libres de escritos, solo habita lo que podemos llevar dentro y al final del camino no sabemos si alguien estará esperando.
¿Hay un lugar?…
El desasosiego cae vestido en granos de arena dentro de un reloj de cristales empavonados con cintura de avispa africana.
Cuentagotas de anhelos venidos desde el origen de los tiempos,
con medida sin medidas establecidas, buscando a tientas,
tal vez más despiertos,
tal vez más videntes.
Para la incertidumbre ya no hay umbrales construidos como los límites de las ciudades y no hay carteles de velocidad,
es un viaje libre hacia el pálpito, al instinto en plena penumbra…
Escrito por:
Carla-León-Tapia
