CUANDO NO DESPERTEMOS

Cuando no despertemos, estaré susurrando esto para ti abrazaré tus cabellos y los volveré mi manto, caeré por tu frente y refrescaré tus mesuras. Anidaré en tus manos mis fuegos con afán de volverme semilla tomaré de tus aguas y en tus aguas seré aquel pez sin sartén. No habrá narices chuecas, ni mal genio que provoque guerra. Besaré cada miedo para volverlo sendero. Una vez más siento en tus ecos mi resentimiento por habitar tus miedos. Escaparnos de aquel beso tibio sumergirnos y proponer sigilo. Bailaré en tus yemas y, en rojo tierno, iremos sin apuro. Para cuando ya no despertemos; buscarte en dicha y prosperidad, incluso debajo del silencio y el minutero.