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Brilla siempre
¿Cuánto ha pasado desde el accidente?
Qué importa...
Mariposas cubren mis cicatrices. Ojalá ellas pudiesen desterrar el dolor.
Recuerdos conviven conmigo como bucle…
Como cuando llegaste a mi casa con tu auto nuevo.
—Tú serás mi copiloto —me dijiste.
—Claro que no, soy más precavida que tú —te dije.
—Sí, lo sé, por eso yo manejaré —respondiste irónico.
—¿Crees que este mundo sobreviva unos ochenta años más?
—Contigo... vivo ochenta años en un día, para mí son los suficientes... Jamás me había divertido tanto, Nat.
—¡Ingeniero! ¡Lo conseguiste, Felipe!
—Tengo otra sorpresa, mira por la ventana.
—¿Maletas? Nunca me cansaría de viajar —te dije, con el corazón rebozando de alegría y tus ojos de satisfacción por la felicidad de cumplir tus sueños y tener a tu compañera alabando cada logro.
—¿Crees en el destino?
—Claro que sí, y no podrías decirme que tú no, Nat; nuestros encuentros no tienen más explicación que esa. Recuerdo esa historia de las almas que nos contaba tu madre, Nat, creo que tú eres la mía, la que siempre regresa revoloteando.
Pero el destino, nunca es tan dulce… y eligió una forma extrema de alejarnos: aquel accidente que nos separó.
—¡Despierta, Felipe, no puedes dejarme sola! —te gritaba en la carretera con tu pecho en mis brazos, debes estar en mi titulación, recuerdas... solo... despierta...
Los otoños pasan, ni siquiera sé si las primaveras existen después de ese episodio...
Te extraño… Felipe...
"Deja esa canción, me gusta", me decías al dejar a Coldplay en la radio mientras manejabas.
Te extraño, aún más al caer el invierno; tengo los recuerdos estrujados que se desvanecen. Los escribo para dejarte despierto entre mis líneas, luego de ya casi trece años... Te escribo porque así mi alma habla con la tuya; sin importar las distancias, jamás estaremos solos…
Escrito por:
Almma Balcázar
