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Trabajo




Una vez me encontré con el Trabajo:

era obrero y campesino, chef y monje

médico y bombero, artista y ama de casa

profesor y sepulturero, prostituta y mendigo


que, por un puñado de sal, preguntaba:

“¿qué vas a ser cuando grande

qué labor aportarás al mundo

qué obra realizarás?”.


Empleo y remuneración,

por un lado; por el otro

sudor e inspiración,

ambos, por desgracia,


no hacen de la vida

un medio, sino un fin,

fin que debe ser ocupado

por los seres humanos:



Fin que llegará cuando sepas

que la vida no es justa,

mas tú sí debes serlo

y debes exigirlo en los demás.


Que, junto con limpiar tu habitación,

no tengas miedo de luchar

por las selvas vírgenes que tus padres,

por estar sometidos

a la heteronomía y el conformismo,

no lograron explorar.


Que, como estudiante, no solo seas amable

con los más aplicados de tu clase,

sino también con ese tipo raro

que saca malas notas y anda en las nubes:


Seguramente compondrá la canción

que te enamorará,

filmará la película

que mil veces disfrutarás,

o escribirá el libro

que cambiará tu vida y pensarás.

.

Fin que llegará cuando sepas

que en la vida real,

por sobre los fuertes y los listos,

ganan los que trabajan en equipo y tienen amigos,


Los que ponen las manos al fuego

por ellos y esperan a los demás

para cruzar juntos la línea de meta

porque saben que nadie es prescindible.

No hay perdedores.

Todos son ganadores.


Que, si no quieres un amo encima tuyo,

entonces deja de obedecer órdenes,

ten autodisciplina, lucha por tus derechos

y lleva a cabo tus propios proyectos;


porque a veces

no podemos evitar

los grilletes y cadenas

en nuestros cuerpos,

mas no dejes que alguien

los ponga en tu mente.



Una vez me encontré con el Trabajo:

raya en la tierra, moneda en el aire,

marmota que hiberna,

antequino en pleno clímax,


que, por un puñado de sal, preguntaba:

“¿qué vas a ser cuando grande

qué labor aportarás al mundo

qué obra realizarás?”.


Empleo y remuneración,

por un lado; por el otro

sudor e inspiración.

Ambos, por desgracia,


no hacen de la vida

un medio sino un fin,

fin que debe ser ocupado...

por los seres humanos.


Escrito por:

Francisco Valenzuela

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